La Historia

En las profundidades azules del océano, vivía un pequeño kraken llamado Kraky. No era como los demás kraken. En lugar de asustar barcos y coleccionar tesoros hundidos, Kraky sentía una curiosidad inmensa por el mundo que existía más allá de la superficie. Un día, mientras jugaba cerca de la costa, escuchó un sonido extraño: ¡CLACK! ¡CLACK! ¡CLACK! Era diferente a cualquier cosa que hubiera escuchado antes. La curiosidad lo carcomía, así que, con un poco de miedo, asomó uno de sus grandes ojos por encima de las olas.

Lo que vio lo dejó boquiabierto. En una explanada pavimentada junto a la playa, un grupo de niños patinaba a toda velocidad. Llevaban protectores de colores brillantes y golpeaban una ficha negra con palos curvos. ¡Era hockey en linea! Kraky quedó hipnotizado. Nunca había visto nada tan emocionante y coordinado. Se olvidó del miedo y, impulsado por la curiosidad, salió del agua.

Los niños, al principio, se asustaron al ver al pequeño kraken. Pero Kraky, con una sonrisa tímida (que, admitámoslo, daba un poco de miedo con tantos tentáculos y ventosas), extendió un tentáculo en señal de saludo. “¡Hola!”, dijo con una voz sorprendentemente aguda para un monstruo marino. “¿Qué es… eso?” Señaló la ficha  con uno de sus tentáculos.

Un niño llamado Daniel, el más valiente del grupo, se acercó cautelosamente. “Es un disco de hockey. Y esto es hockey en linea. ¿Quieres probar?”

Los ojos de Kraky se iluminaron. ¡Era lo que más quería! Los niños le explicaron las reglas básicas, le enseñaron a patinar (con un poco de dificultad, dado que tenía ocho tentáculos) y le prestaron un palo. Al principio, Kraky era bastante torpe. Se caía a menudo, enrollaba sus tentáculos alrededor del palo y, una vez, incluso lanzó el disco al mar por accidente. Pero los niños, lejos de burlarse, lo animaban y le daban consejos. Con cada caída y cada risa, Kraky se sentía más feliz y más parte del grupo.

Pasaron los días y Kraky se hizo cada vez mejor en el hockey en linea. Sus tentáculos le daban una ventaja increíble para controlar el disco y su fuerza era inigualable. Se convirtió en el jugador estrella del grupo. Hizo muchos amigos: Sofía, la portera valiente; Mateo, el estratega; Ana, la más rápida de todos; y Daniel, el francotirador del equipo. Juntos, jugaban durante horas, riendo, sudando y celebrando cada gol. Kraky aprendió mucho sobre amistad, trabajo en equipo y, sobre todo, sobre la alegría de compartir un deporte.

Pero un día, Kraky supo que tenía que volver a casa. Su familia lo extrañaba y el océano lo llamaba. Se despidió de sus amigos con un nudo en la garganta. “Los extrañaré mucho”, dijo Kraky, con lágrimas saladas corriendo por sus mejillas. “Nunca olvidaré todo lo que me enseñaron.”

Los niños también estaban tristes de verlo partir. Le regalaron un disco firmado por todos y le prometieron que nunca lo olvidarían. “¡Volveremos a verte, Kraky!”, gritó Sofía mientras el pequeño kraken se sumergía en el agua.

Después de la partida de Kraky, los niños sintieron un gran vacío. Pero no se rindieron. Decidieron honrar a su amigo kraken formando un equipo oficial de hockey en linea. Y, ¿cómo lo llamarían? ¡Kraken!, por supuesto.

Desde ese día, los niños entrenaron con dedicación. Jugaban todos los días, con la esperanza secreta de que Kraky los escuchara y volviera a unirse a ellos. Cada vez que marcaban un gol, gritaban con todas sus fuerzas: “¡GOOOOL!”, esperando que el sonido llegara hasta las profundidades del océano y Kraky supiera que lo extrañaban.

Mientras tanto, en el fondo del mar, Kraky jugaba con sus hermanos y hermanas, pero nunca olvidó a sus amigos humanos y el emocionante juego del hockey en linea. A menudo, cerraba los ojos y recordaba las risas, las caídas y la alegría de marcar un gol. Y, en su corazón de kraken, guardaba la esperanza de que algún día, volvería a patinar con sus amigos y a escuchar el grito de: “¡GOOOOL! ¡Kraken!”

Los niños del equipo Kraken nunca dejaron de entrenar, esperando que con cada grito de gol, Kraky los escuchara y se les uniera. Sabían que la amistad verdadera, como el océano, no conoce fronteras y que, aunque estuvieran separados, siempre estarían unidos por el amor al hockey en linea y el recuerdo de su amigo kraken.

Pero una tarde, mientras el sol comenzaba a hundirse en el horizonte, vieron algo diferente en el agua: una sombra gigantesca, moviéndose con rapidez hacia la costa.

Los ninos dejaron caer sus palos y corrieron hacia la orilla.

Las olas rompian nerviosamente, el viento susurraba secretos, y en el aire flotaba una extrana energia.

Entonces, vieron algo brillar bajo la espuma…

Un par de ojos enormes, curiosos y chispeantes.

¿Era Kraky?

¿Traía compañía?

Con el corazón latiendo a mil por hora, los niños se miraron entre si…

Y supieron que la verdadera aventura apenas estaba por comenzar.

(Continuará…)

Scroll al inicio